Mirar hacia dentro, ampliando la capacidad de contacto, de vínculo y de intervención

01/05/2020
Sílvia Lobera Serrano

“Y si los y las profesionales de la educación social giramos la mirada hacia nosotros mismos/as?”

“Y si los y las profesionales de la educación social giramos la mirada hacia nosotros mismos/as?”, nos preguntábamos en un artículo que publicamos al blog a principios de curso. 




Esta pregunta invita a uno a pararse.

En un momento en que la atención se gira.

En un instante en que la respiración se puede ampliar, permitir que entre el aire por, quizás, dejar salir un pequeño (grande) suspiro.

Y no siempre es fácil tener este instante.

Y no siempre es fácil encontrar el permiso interno.

Y no siempre sabemos cómo.  Y menos en plena crisis.




La situación de excepcionalidad que estamos viviendo debido a la emergencia sanitaria del COVID-19, y la crisis económica y social que lo acompañan, pose de relevo como el colectivo profesional de la educación social forma parte de la primera línea de fuego ante las situaciones más duras, conflictivas y vulnerables que vivimos. Acompañamos a las personas que protagonizan estas vivencias, y por tanto, formamos parte.

Y qué impacto tiene en el cuerpo, en las emociones, en el estado de ánimo de los y las profesionales el ejercicio de la tarea diaria? Y ahora, en tiempo de COVID-19? Y qué efecto tiene en nosotros estar viviendo en “carne propia” la situación de emergencia y a la vez acompañar el efecto en la vida de los otros?

Estos días tenemos muy presente la protección física, los protocolos, la re-organización de turnos, las medidas de higiene .... Estamos atendiendo un riesgo nuevo, y a la vez el riesgo que tiene que ver con el impacto emocional y psíquico de la profesión sigue, y se incrementa.

Cada vez más vayamos reconociendo, ya sea por qué hay un estudio que lo apoya, o bien por qué podemos verlo en nosotros mismas y/o en las compañeras, que uno de los riesgos más grandes que vivimos en el desarrollo de esta tarea es “quemarnos”, sentirnos sobrepasadas por la situación.  Y más todavía, cuando la situación se agravia, se tensiona. 

Es por eso que nos hemos sumado a los Servicios Específicos del CEESC (aquí se podría poner el enlace) que se han impulsado para apoyar y acompañar a los y se profesionales, para ofrecer un acompañamiento terapéutico gratuito en estos momentos de crisis.

Creemos que es muy importante sumar a la mirada de red y comunidad, no es una cuestión “de aguantar” o “de poder con todo”. Tenernos en cuenta.

Con estas líneas nos gustaría acercarnos a la mirada que acoge la fragilidad y la vulnerabilidad de los y las profesionales.

Sin estigmatizarla, huirla o creerla derivada de una mala “gestión”.

Es posible que estos días se estén haciendo más presentes síntomas físicos (dolores, dificultades para dormir, presión en el pecho, sensación de respirar “a medias”), preocupación que se instala (sufrir por no llegar a todo, dificultad para desconectar...) y también impactos emocionales (por mucho o sospechosamente muy poco contacto con las propias emociones).

En una situación de emergencia como la que estamos viviendo  la vulnerabilidad (externa e interna) aumenta y nos puede ser muy difícil atenderla.  Desde algunas miradas psico-terapéuticas se está nombrant la situación que estamos viviendo como trauma colectivo.

Estos días estamos viviendo situaciones personales difíciles o muy difíciles ( ya “solo “la pérdida de libertad, en el mejor de los casos). A la vez, por profesión, diariamente acompañamos a personas y  colectivos que viniendo ya de circunstancias muy precarias este nuevo escenario los comporte consecuencias graves, muy graves o irreparables.

Cómo lo vives esto? Cómo es vivir el impacto y a la vez acompañar, contener y querer minimizar el impacto?

Y esta situación, no nos pone de relevo algo que ya es así diariamente?

O es que para ejercer este oficio automáticamente nos cubre una capa de impermeabilidad ante la vulnerabilidad que implica vivir? Cómo es estar en luto y acompañar el proceso de separación de un niño de su familia biológica? Desde donde vinculamos con una persona que no tiene nadie en quién apoyarse y sentimos que podemos ser el punto de referencia más próximo en quién confiar? Cómo impacta esto sobro la propia vivencia de confianza? Cómo sentimos nosotros los propios puntos de apoyo justo en un momento de separación de pareja? O con un contrato precario?

En la relación educativa, como en todas las relaciones, se pone en juego el propio material humano. Cuando nos vinculamos como profesionales, lo hacemos  desde la propia “mochila”. Desde las propias alegrías, tristezas, enfadoss y miedos.  Desde a propia biografía.

 


En las formaciones académicas  este es un aspecto todavía poco, o nada, afrontado. En los currículums universitarios no está contemplado el auto-conocimiento profundo del/la profesional para poder estar entrenado en el abordaje integral de la relación que contempla la inclusión de las emociones ( propias y del otro).

 

En otros colectivos profesionales dedicados a la atención a personas, concretamente de asistencia médica (enfermería y  medicina),  desde los años 90' se están haciendo estudios sobre el que han denominado “fatiga por compasión”. Se hace referencia con este término a los impactos nocivos en los y las profesionales que se exponen de manera reiterada al acompañamiento del sufrimiento otras personas. Y desde nuestros servicios y recursos, que hacemos día a día? En qué circunstancias de vida se encuentran las personas que acompañamos?



Día a día acompañamos el dolor, el miedo, la rabia, la soledad, el desamparo, el abandono, la discriminación, la enfermedad, la marginalidad, la adicción....la vulnerabilidad y sufrimiento humano en muchas de sus formas. No solo en momentos de emergencia sanitaria, cada día.



Y demasiado a menudo la respuesta es  congelarnos por no sufrir. O enfermar por dificultad de poner límites. O a hacer nuestro trabajo como si hiciéramos un acto mecánico por miedo a no poder respirar si nos dejamos sentir el impacto. O negar el propio dolor por miedo a que nos vuelva incapaces de seguir acompañando.



El hecho de obviar, negar o minimizar el impacto que tiene por los profesionales esta exposición es una desatención de una parte de la realidad que antes o después “pasará factura”. A nosotros, y a la calidad de atención que podemos ofrecer.



Realizar una intervención sòcio-educativa manteniéndose eucuànim, empático, apoyando emocionalmente sin quemarse, garantizando una igualdad de oportunidad y trato sin discriminaciones, requiere un desarrollo consciente de actitudes, conocimientos y habilidades específicos.

Y no forma parte del currículum académico, todavía.

Sigue siendo un terreno en que a menudo nos encontramos solas, solo.

 


La nuestra es una profesión donde la mirada está centrada en el otro, y tiene que ser así. Pero podremos ver, que si aquello propio no está suficientemente atendido: prevalece, emerge, impregna, entorpece, limita, pesa. Este ejercicio de auto-revisión nos puede aportar más claridad, solidez y capacidad de contención propia y de altri. 



Queremos desde este texto interpelar por cada vez más avanzar en el permiso de girar la mirada hacia nosotros mismos/as.

Cuando tenemos permiso y validación, interna y colectiva, se van poniendo en claro recursos, espacios, maneras y referentes.

 


Desde nuestra experiencia en la terapia Gestalt encontramos una metodología que nos permite afinarnos como instrumento de trabajo.



Y en esta línea seguiremos trabajando. Ahora, en tiempo de emergencia y día a día.

Queremos aportar recursos para que la relación educativa se nutra de un mayor nivel de auto-conocimiento.  Espacios donde el/la profesional se pueda apoyar y así afrontar la tarea diaria con más energía y disponibilidad. Herramientas en relación a la escucha, la comunicación y los patrones relacionales que favorecerán la comprensión y acompañamiento integral de las personas atendidas a los servicios. 

 

Cuidémonos durante esta situación de emergencia,

cuidémonos día a día.

Nos jugamos la salud.

Nos jugamos la capacidad de acompañar.

 

 

Sílvia Lobera i Jan Garrido

Educadors socials i terapeutes Gestalt.

Formadors i creadors d'EINES TERAPÈUTIQUES PER EDUCADORS SOCIALS a l'Institut Gestalt de Barcelona. En col·laboració amb el CEESC.

Article publicat a la web del CEESC al maig del 2020

 

Sílvia Lobera Serrano